Este aceite está muy de moda. Tiene múltiples usos, no solo para cocinar sino que también es usado para tratamientos de belleza y para mejorar la salud.
Acá te contamos algunas de sus virtudes:
- En la cocina, este aceite es utilizado para preparaciones a altas temperaturas, ya que genera muchos menos tóxicos que el aceite de girasol, el aceite de maíz o de soja. Algunas personas lo consideran aún mejor que el aceite de oliva, porque pierde menos nutrientes durante el proceso de cocción.
- El uso regular y en cantidades moderadas ayuda a mejorar la salud digestiva y fortalecer el sistema inmunológico.
- Es útil para quemar grasa abdominal y aumentar la sensación de saciedad.
- Como tiene una elevada concentración de antioxidantes en su composición, es muy utilizado para hidratar la piel.
- Y también, al ser rico en proteínas, funciona de maravillas para reparar el pelo.
Se puede conseguir en dietéticas y algunos supermercados.
¿Ya pensaste para qué lo vas a usar vos?
Se dice que hay 4 frutas que son ideales para estos casos y seguro no lo sabías:
Banana: aunque parezca raro, porque la solemos considerar muy pesada, esta fruta sería muy buena para el dolor de panza. Estimula la digestión, protege la mucosa del intestino y elimina toxinas.
Manzana roja: nos aporta las propiedades de la pectina, un tipo de fibra que ayudaría a tratar la diarrea y el estreñimiento. Vamos a lograr mejores resultados si no comemos la cáscara.
Arándano: entre tantas otras cosas, ayudaría a aliviar el dolor estomacal. Es una fruta con múltiples beneficios y, lamentablemente, no la tenemos muy incorporada a nuestra dieta habitual.
Papaya: es otra fruta que no solemos comer pero es perfecta para aliviar el dolor estomacal y también sería útil para úlceras o cicatrices provocadas por esta dolencia.
Aprovechemos también los beneficios de la alimentación consciente para sentirnos bien todos los días
Entender el ciclo y los cambios que conlleva nos da la posibilidad de manejarlos lo mejor posible y de naturalizar la situación.
Fase folicular: Es justo después del sangrado, se denomina fase folicular o preovulatoria. En esa etapa el hipotálamo libera estrógenos que producen cierta sensación de euforia. Podemos notar que el cerebro funciona con más nitidez, estamos más sociables, activas y también nos sentimos más atractivas.
Fase ovulatoria: Son los días centrales del ciclo y corresponde a la etapa de mayor fertilidad. El bienestar experimentado en la etapa previa alcanza su clímax.
Fase lútea: Después de la ovulación, la fase lútea trae consigo un pico de progesterona. Cuando el cuerpo está seguro que no hay ningún bebé a la vista los niveles de progesterona disminuyen. Y en ese momento aparecen los clásicos síntomas del síndrome premenstrual: cansancio, irritabilidad, mal humor, ansiedad y malestar físico.
Menstruación: Tras la fase lútea, la progesterona sigue bajando y llega el momento del sangrado. La sangre trae consigo cierta estabilidad hormonal, aunque para muchas empieza el calvario de la incomodidad y el dolor.
Y luego el ciclo vuelve a comenzar. Como dice Erika Irusta, conocida por su trabajo como pedagoga menstrual, “no estamos locas, somos cíclicas” Las emociones durante el ciclo menstrual son indicadores de lo que le sucede al cuerpo en cada etapa. Tan simple y natural como eso.
Rodillas al pecho: Esta postura nos ayuda a sentir alivio de hinchazones y molestias provocadas por los gases. Nos acostamos en el suelo boca arriba con las piernas estiradas y los brazos al costado del cuerpo. Inhalamos mientras llevamos las rodillas al pecho y las abrazamos con las manos. Mantenemos esta postura durante un minuto inhalando y exhalando suave y profundamente.
Sentado sobre las piernas: Este ejercicio es muy bueno para cuando comimos demasiado, para aliviar la pesadez estomacal. Nos sentamos sobre los talones inclinándonos levemente hacia atrás, colocamos las palmas de las manos a unos 10 cm detrás nuestro, con los dedos apuntando hacia atrás. Apoyándonos en las manos levantamos ligeramente el pecho y arqueamos la espalda tirando la cabeza hacia atrás. Debemos sentir que se estira el tórax. Mantenemos la posición durante 5 respiraciones.
Solo 15 minutos de nuestra rutina pueden mejorarnos el día.
Jengibre: tiene muchísimas propiedades curativas, es usada principalmente en enfermedades respiratorias, reumáticas y digestivas. Facilita la digestión y activa el metabolismo.
Menta: es una de las más utilizadas para aliviar problemas digestivos, alivia inmediatamente la sensación de hinchazón, es muy eficaz contra los gases y la retención de líquidos.
Manzanilla: dentro de sus múltiples virtudes, la manzanilla reduce la inflamación de las mucosas del estómago, evita las náuseas y facilita la digestión.
Boldo: ayuda a mejorar la digestión y a expulsar los gases acumulados. Además es un gran aliado de la salud hepática, favorece la eliminación de desechos.
¡Una rica infusión siempre hace bien!
Alivia problemas intestinales, resultando ser un buen antiinflamatorio y antiséptico. Reduce los síntomas del mareo. Es muy útil en resfríos y gripes. El jengibre es rico en antioxidantes, que retrasan el proceso de envejecimiento. Se utiliza también para prevenir y combatir espasmos musculares y debilidad muscular.
¿Cómo consumirlo? A través de infusiones, también se puede rallar y agregar a preparaciones como salsas, sopas o repostería. Tiene un sabor muy intenso, tal vez al principio puede resultar fuerte pero es riquísimo y con tantos beneficios vale la pena sumarlo a nuestras preparaciones.
Por suerte tenemos Paratropina Fem, que nos ayuda muchísimo en esos momentos. Además, para complementar, podemos incorporar a nuestra rutina una postura específica de Yoga.
No te preocupes, no necesitás ser experta, es súper sencilla.
Se trata de la Postura del Niño o Balasana. Para realizarla solo tenés que ponerte de rodillas, sentarte sobre tus pies y bajar tu cuerpo hacia adelante, de forma relajada. Los brazos los podés tener al lado de tus piernas o extendidos hacia adelante. Tenés que tocar el piso con tu frente; una vez allí, tomá de 5 a 10 respiraciones lentas y profundas.
Alivio y bienestar en simples pasos